A los 73 años, murió Ariel Petrocelli, el último de los tres grandes que quedaba en pie. Ahora, estará al lado de Jaime Dávalos y de Manuel J .Castilla, dos personajes que supo admirar en vida.
El Tano , así lo llamaban, había nacido en 1937 en Campo Santo, Salta (el pago de otro ilustre folclorista como Dino Saluzzi). Fue maestro rural de joven y fue ahí que le tocó trabajar en una escuela de la localidad vallista de Seclantás, donde compuso la baguala El Seclanteño , que luego le abriría el camino que lo hizo trascender las fronteras del folclore argentino.
Con anterioridad, ya había compuesto la zamba Crepuscular . Luego vinieron El Antigal , Zamba de Cachi , Zamba del Angel , El Duraznero , Para ir a Buscarte Cuando Tenga la Tierra y tantas otras donde tuvo la participación de Daniel Toro y Lito Nieva. Canciones con Isamara como Arrieros de Salta, Yerba Buena del Amor, Chacarera del Alma, Así es la forma como te Amé, Pero la vida es Ajena, etc
“A la hora de la siesta, la estrecha vereda de la calle Urquiza al 900 donde tenía su casa, debe estar extrañando el andar pausado de Ariel El Tano Petrocelli.”
Compuso entre otros el “Cancionero del Ajedrez” .En este sitio se expondrá la totalidad de su contenido
Con su compañera de toda la vida, su esposa Isamara, interpretó musicalmente estas composiciones en diversos ámbitos de expresión artística. Estos poemas fueron presentados en primera instancia en una publicación especial y entre las versiones se cuenta una, con las rúbricas de los Grandes Maestros A. Shirov, V. Anand y Bent Larsen concretadas en oportunidad de un Torneo Internacional de Ajedrez realizado en Buenos Aires.
Durante su estancia en la Capital Federal fue un asiduo concurrente a los ámbitos ajedrecísticos , como es el caso del Club “Alfil Negro” y es allí donde también se destaco por su especial impronta tanto en lo relacionado con la música y la poesía como en la forma de encarar las partidas de ajedrez y además por su particular forma de plantear y exaltar los problemas y enigmas del ajedrez productos de la composición artística.
Y para el ajedrez salteño, se fue un animador de palabra ágil y aguda, alguien que jamás pasó desapercibido. Buscaba con notable enjundia la belleza en las partidas de trebejos y algunos recordamos sus encuentros con el Ing. Cadú, sus alocadas maneras de iniciar el juego, las discusiones, las sátiras mordaces y sin embargo, amigables. No será fácil para el ajedrez salteño aceptar su ausencia.
Por Rey Ahogado y Alfil Blanco
Jugar Ajedrez
Jugar ajedrez es vencer al ocio
pensar como Dios la semilla todo
un río de afán un niño y un loco
fundar el farol que ilumina el cosmos.
Jugar ajedrez ser el sol del ciego
tocar el amor la paciencia genio
beber el perdón, el barro y el hueso
salir al balcón de los universos.
Y siento en mi piel tu piel de tablero
y puedo soñar y toco tu cuerpo
y de solo estar puedo entrar al tiempo.
Jugar ajedrez hasta el mundo es cierto
jugar ajedrez hasta el hombre es bueno
jugar ajedrez hasta el cielo es cielo